Hoy
existe un concepto nuevo de la sexualidad: la sexualidad en sí misma es como la
función auditiva o digestiva, no es ni buena ni mala, depende de cómo cada
persona la utilice. “Si escuchas detrás de la puerta o al teléfono una
conversación que no te compete, estás haciendo un uso NO ÉTICO de tu función
auditiva y peor aún si con esa información perjudicas a alguien. Si ingieres
alimentos que sabes que te perjudican la salud o das ejemplo a tu entorno de
conductas alimentarias perjudiciales, estás haciendo una utilización NO ÉTICA
de una función totalmente inocente. Del mismo modo el abuso sexual, la
violencia sexual, el exhibicionismo con fines comerciales, todo tipo de engaño,
la utilización de la sexualidad de una forma no responsable con riesgo para uno
mismo o para el compañero, la utilización de la sexualidad prescindiendo de los sentimientos del
compañero, el ejercicio del poder a través de la sexualidad, la enseñanza de una
sexualidad distorsionada, irreal y mentirosa, son formas NO ÉTICAS de la
sexualidad que es una función destinada al amor, al compañerismo, a la
satisfacción y confianza mutuas, al buen diálogo y a la acción más trascendente
del ser humano que es la de crear otro ser humano.
Para
mí, que la sexualidad sea “ética” si tiene que tener un margen, ósea el
matrimonio, yo soy católica y por tanto soy de la idea de que no es responsable
tener relaciones sexuales antes del matrimonio, aparte de que es muy bonito ya
que se comparte el verdadero sentimiento de amor puro hacia tu pareja y te
estas entregando en cuerpo y alma.
Eso
es mucho mejor a que si realizas estas prácticas sexuales o bien empezar a
llevar una vida sexual activa a los 15 años cuando hay muchísimos más riesgos
de contraer alguna enfermedad venérea o un embarazo no deseado.
Los
valores éticos asociados a la sexualidad son:
Responsabilidad.
Es la necesidad de elegir teniendo presente la consecuencia de nuestros actos.
Es así como se habla de la "paternidad responsable", cuando la misma
es elegida libremente y se tiene conciencia plena del papel que nos tocará
desempeñar frente al nuevo ser del cual somos los responsables. En cuanto seres
racionales, tenemos conciencia de lo que sucederá o podría suceder al realizar
ciertas acciones; esto es, no debemos dejarnos llevar sólo por el instinto y
pensar en lo que ocurrirá al utilizar nuestra sexualidad; por todo lo cual
deberemos "responder".
Compromiso.
Implica cumplir con una "promesa" que libremente le manifestamos a
otra persona, por ejemplo a la pareja sexual, como el de compartir con ella
todo nuestro ser y no solamente nuestra sexualidad. Respeto. Significa tener
presente la libertad, la integridad, el parecer y la dignidad de las personas
que resultan de alguna manera afectadas con nuestra conducta: nuestra pareja
sexual, aquellos a quienes damos nuestro ejemplo. Las violaciones, los acosos
sexuales, el aborto, el incumplimiento del rol propio del sexo asignado por la
naturaleza –homosexualidad-, son conductas equivocadas porque van en contra del
valor del respeto personal.
Dignidad.
Es el aprecio a persona, no confundiéndola, por ejemplo, con la del animal. Es
ser conscientes de que debemos obrar humanamente priorizando los valores
espirituales a los vitales.
Libertad.
Es el valor primordial a cumplimentar en un acto humano, para que sea
considerado moral. Si carece de libertad, no puede juzgarse un acto como bueno
o malo; tampoco es responsable quien lo realiza sin libertad. Sin embargo, al
tener en cuenta la jerarquía de valores, a veces debemos asumir las
consecuencias de un acto aunque no haya sido querido libremente; por ejemplo,
en el caso de una violación que produce la concepción, debe ser primero el
valor de la vida humana que comienza a gestarse a la libertad de la madre de
decidir sobre esa vida.
Sinceridad.
Entre las partes de una pareja sexual es valioso que exista una abierta y
sincera comunicación, de manera que cada una de ellas pueda conocer y respetar
los sentimientos, las opiniones y las características personales de la otra. Lo
cual no puede ocurrir en parejas que poco se conocen o incluso no les importa
conocerse.
Fidelidad. Proviene del respeto, del compromiso
y de la dignidad de la persona.
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